Tres días

14.11.14

Por cortesía de David Goehring, fuente flickr
Cuando más de tres días seguidos te preguntes, ¿qué narices estoy haciendo? Y si aún así lo haces, es que algo no funciona bien.
¿Cuántas veces hemos ido hacia el precipicio y aún así no hemos podido frenar? Es como si supieras que algo va a salir mal, pero por una misteriosa razón te empecinas en seguir el rumbo, dándote igual las consecuencias a pesar de que sabes que van a ser dolorosas. ¿Por qué lo hacemos entonces?



La codicia, la envidia, el inmovilismo, la apatía... Estas son algunas de las razones que se me ocurren. Seguro habrá más y mucho mejores, o quizás las que he enumerado no sean las adecuadas.

Llevo planteándome esta pregunta toda la tarde y he sido incapaz de encontrarle una respuesta, al menos no una que me gustase. Todas las que encuentro me demuestran lo estúpidos que somos a veces aunque nos cueste reconocerlo.

Dicen que las cosas pasan por alguna razón que a veces se nos escapa y eso es porque el futuro nos promete algo mejor. La verdad, no lo tengo claro. Quizás sea una de esas respuestas de autocomplacencia que nos decimos de vez en cuando para no sentirnos tan mal. Puede que esa efectivamente esa afirmación tenga algo de razón o puede que sea una mezcla de ambas. Solo tengo claro, que la vida hay que acogerla con los brazos abiertos y no elegir la alternativa fácil,esa siempre la tenemos y habitualmente es la que menos satisfacción personal nos da. Quizás y solo quizás, sea bueno que de vez en cuando tengamos que enfrentarnos al muro que nos dice que algo va mal, para reaccionar y enderezar nuestra vida. Un baño de realidad.

La vida no se tuerce, la torcemos nosotros con nuestras decisiones, y nuestras decisiones tienen mayores consecuencias de las que creemos habitualmente, por eso, cuando más de tres días seguidos nos levantemos de la cama y nos hagamos la pregunta de, ¿ lo estoy haciendo bien? ¿Este es el rumbo que realmente quiero que lleve mi vida? ¿Sirve para algo esto que estoy haciendo? y la respuesta sea no, si puedes cámbialo. Estás haciendo las cosas mal y las consecuencias pueden ser muy graves. Así que deja tu apatía, tu vaguería y tu complacencia a un lado y haz las cosas bien. Enfréntate a tus enemigos internos y ponte a ello.
Puede que todo este texto te haya parecido una obviedad y quizás lo sea, pero  de vez en cuando necesitamos de esto para no hacer lo otro.

Por último quiero acabar este post con un vídeo de Emilio Duró. Es largo, pero es una gran charla motivacional. 

¡Hasta aquí mi post de hoy! ¡Muchas gracias por leerme!


8 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo, a veces es necesario deternos y pensar!
    Por cierto te hemos nomiando, http://somebooksyouread.blogspot.com.es/2014/11/nominados-premios-dardos.html
    Besitos! ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias :). Ya he puesto su correspondiente entrada :)

      Eliminar
  2. Aunque es cierto que muchas veces los culpables somos nosotros, yo sí creo que la vida a veces se tuerce pero ahí ya depende de la capacidad de cada uno para afrontar el problema.
    La codicia y la avaricia nos invaden; lo vemos cada día en las noticias pero yo, ilusa, sigo pensando que la mayoría no somos así y que de la misma forma, hay mucha gente también cuyo estandarte son la generosidad y el altruísmo.
    Feliz fin de semana, besos !

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, no somos culpables de algunas cosas, pero sí somos culpables de todo lo que hacemos con ellas. Sí, hay gente buena y por eso sigue existiendo la civilización :). Feliz fin de semana y te deseo un muy buen inicio de ella :).

      Eliminar
  3. Muchas veces el afán de conseguir lo que queremos nos hace torcer el camino, a veces nos damos cuenta a tiempo y otras vece cuando ya es muy tarde. Sea como sea, es mejor hacer una parada, tomar aire profundo y recapitular el rumbo y no olvidarse de que siempre se puede empezar de nuevo.
    Besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto Isa, casi siempre estamos a tiempo de rectificar :). Un beso :)

      Eliminar
  4. la verdad es que me ha pasado en muchas ocasiones, y estoy muy de acuerdo contigo, tienes toda la razón cada pequeña decisión aunque parezca algo insignificante, nos lleva por caminos diferentes. Es cuando decimos "y si hubiera" pero como dicen por ahí el hubiera no existe. Creo que muchas veces necesitamos sin duda pararnos a respirar y pensar realmente en lo que queremos y en si lo que estamos haciendo nos esta realmente acercando a esa meta.

    ResponderEliminar