Te amo, amor capítulo XVI

20.3.15

En el capítulo anterior...

Me doy cuenta de que apenas huelen las velas. Eso me desconcentra. Se supone que todo tenía que salir perfecto. Me levanto de nuevo y pongo una barra de incienso de fresa. Cuando vuelvo junto a Marta veo que la espera le ha hecho erizarse su piel. Decido que ha llegado el momento de dejar se ser malo. Bajo a su monte de Venus y empiezo a saborearla. De repente empieza a sonar algo, parece una alarma de incendios.


—¡Mierda !—exclamo.

—¿Carlos qué pasa?, ¿qué suena?



MARTA


—Marta vístete tenemos que salir corriendo, parece ser que hay un incendio.

—¡Joder! En qué momento le da a la alarma por sonar  —me empecé a reír y no puedo parar — Justo estábamos...  —Me interrumpí la risa — Aunque no te veo, me imagino tu cara... —seguí riéndome.

—Creo que no es el momento de que te rías- me lanzó su camisa que dejó antes en el suelo — ponte esto —me dijo mientras me desata y a continuación buscaba a tientas sus vaqueros.

—Carlos, creo que ha sido la vela...—dije dirigiendo mi mirada a la mesa que hay al lado debajo de la alarma de incendios.



—No  —respondió muy incrédulo.

—Sí —confirme divertida.

—Imposible...—se llevó las manos a la cara

—Carlos. Nos has ahumado....

—Perdón... —le dí un suave beso en los labios.

—No pasa nada —le guiñé un ojo.

Me vestí con la ropa que me dió y no puedo evitar pensar que me da pena. No le sale nada bien aunque le ponga mucho esfuerzo y empeño siempre hay algo que se le tuerce. 

Llevaba mi bolso en una mano con mi pasaporte y el de Carlos. Andamos a paso ligero pero tranquilos, nosotros, más bien Carlos, era el culpable. No se iba a quemar el hotel ni iba a ocurrir una de esas escenas en las que los cristales estallan por el calor de las llamas mientras el humo inunda todo el hotel. Aprendimos una lección. No poner velas nunca más y si se ponen lejos de la alarma de incendios y con una ventilación adecuada. 

Quisimos disimular y fingir que no habíamos sido los responsables, pero cuando nos dejaron entrar de nuevo al hotel, una vez que los empleados se cercioraron que no se estaba quemando nada. Nos llamaron a la habitación. Menos mal que era por teléfono y no cara a cara. De haber sido así yo habría puesto mi cara de "no sé de qué me habla pero le escucho". Reconozco que soy un poco cobarde y me cuesta reconocer cuando he metido la pata.

Ya han pasado tres días desde el incidente del humo y estamos instalados en que será nuestra casa hasta que volvamos a España. Estoy bien aquí, pero echo mucho de menos tomarme una caña con una tapa al salir de trabajar con mis compañeros, el bullicio de las calles, el ambiente, escuchar hablar en español a mi alrededor... Y como no, a la loca de mi hermana y la tortilla de patata de mi madre. No exagero ni un ápice cuando digo que aunque ayer por la noche hice una no estaba ni la mitad de rica de como le sale a ella y eso que utilicé todos los ingredientes. Nada, como la suya ninguna, ¡y las croquetas! Aysss, me comería un kilo de croquetas si me dejaran. Eso sí que debería ser patrimonio cultural, ¡y no los toros!

Empiezo a saber orientarme en la ciudad y le he dicho a Carlos que no se preocupe, que no hace falta que me acompañe al hospital. Estos días hemos estado con la mudanza y comprando alguna que otra cosilla para la casa y que sea menos fría y de más aspecto de hogar. 

La vivienda es unifamiliar de dos plantas, con un amplio salón que comunica con la cocina americana y un aseo. En la segunda planta tiene dos habitaciones, una a cada lado de la escalera. La habitación principal es muy amplia con un baño incorporado y otra más pequeña, que es la que Carlos va a utilizar de despacho. No tiene muchas manías, pero separar el lugar de trabajo del lugar de descanso es una de ellas. 

Este autobús da mucha vuelta, tengo que buscar otra forma de venir al hospital que sea más eficiente.



CARLOS

Son las ocho, Marta se acaba de ir hacia el hospital y ahora puedo dormir hasta la hora de comer. El día de hoy ha sido duro. He tenido mucho trabajo y con la mudanza estoy destrozado. Trato de intentar dormirme cuando oigo el móvil. Un whatsapp, espero que no sea nada de trabajo. No puedo más la cabeza me va a estallar. Me resisto a mirarlo, pero la sucesión de tonos que vienen detrás me animan a leerlo y ¿si le ha pasado algo a Marta?

—¡Hello cuñado! —leo in mensaje de Daniela, la hermana de Marta.

—Deja de retozar con mi hermana y ven a buscarme al aeropuerto.

—¡Contesta! que me quedo sin minutos para hablar por whatsapp y no quiero pagar por usar el wi-fi de aquí.

—¿Qué dices Daniela? Voy a avisar a mi querida suegra de que te busque un psiquiatra estás fatal —le contesto en broma. No es tiempo de que me haga bromas, ¡quiero dormir!

—¡Estúpido que estoy aquí, en Houston! —responde —Ven a buscarme que no sé dónde vivís y no me quiero perder llegando hasta donde sea que esté el barrio donde has buscado la chabola temporal para mi hermana y para ti. Date prisa en contestar que me quedo sin wi-fi.

—Punto uno, no es una chabola  —contesto divertido sé que me está tratando de picarme, siempre estamos igual, nos adoramos —y punto dos, ¿en qué terminal estás?

—Estoy en la terminal 1 en "arrivals".

—¡No me digas! Y yo que pensaba que estabas en "departures" —cara sonriente con guiño —Espérame en el McDonals. Voy para allá. Tardaré como una hora.

—¡Que sea media hora! —me exige — La gente me mira raro —Daniela pone una carita de terror.

—No seas neurótica. Nadie te mira raro ¡Una hora! O te vienes tú sola hasta aquí. Toma te paso la ubicación —lo hago para asustarla. Realmente voy a tardar no más de cuarenta y cinco minutos, pero así le hago sufrir un poco.

—¡Está bien! Una hora, pero no tardes mucho más.

—Hasta ahora.

¿No veis? ¡Si es que me sale todo mal! El día que más cansado estoy, es justo en el que viene mi cuñada a hacer una visita. Ahora tendré que estar de niñero todo el día, yendo para arriba y para abajo con su maleta, enseñándole la ciudad. Espero que solo venga para una semana. Tiene trabajo en España y no puede ser tan irresponsable de dejarlo de un día para otro. Espero, aunque de ella se puede esperar cualquier cosa. 
Me consta que se ha estado whatsappeando con Marta durante las dos semanas que llevamos aquí y que las dos se cuentan más cosas entre ellas de las que me cuenta Marta a mí. No me importa, me encanta que se lleven tan bien. Yo echo mucho de menos no tener esa relación con nadie, soy hijo único y lo más parecido que he tenido nunca a un hermano, salvando las distancias, es a Lolo, mi perro de cuando era pequeño. Es por eso que me gusta tanto ver la buena relación que tiene Marta con sus hermanos y por eso yo traté de integrarme con ellos hasta la fecha que se han convertido  en casi mis hermanos.

Me destapo, no queda otra, tengo que ir a buscar a Daniela al aeropuerto. Hoy no puedo dormir, salgo de la cama que huele a Marta. Abro el amplio ventanal y subo la persiana para que se ventile la habitación, recojo un poco el desorden, me ducho, un café solo y a buscar a mi cuñada, es lo que toca. 


CONTINUARÁ...


¡Hasta aquí el post de hoy! 

Espero que os haya gustado el capítulo de hoy. Muchas gracias por leerme.

Espero ansiosa a leer vuestros comentarios :)


11 comentarios:

  1. Buff!! Pobrecillo con lo de la vela, se le tuerce todo :D
    Y ahora es tu culpa de que después de leer esto me apetezca una tortilla de patatas, jajaja, con lo que hace que no tomo una y lo ricas que están :)
    Besos guapa!!

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    1. Hola Samantha, pues mira, ya era hora. Me alegro de que te haya animado a comer tortilla, Marta tú y yo ya algo en común :D. Un abrazo guapa.

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  2. Great post! <3

    Love always,
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  3. Esto me tiene intrigada, algo me temo con la llegada de Daniela pero no estoy muy segura.Como siempre genial. Besotes

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    1. Jajajaja uyyy Daniela. Dani viene con ganas de revolucionar todo, ya veréis. Es pura energía :). Un abrazo!

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  4. JAJAJa entre que todo le sale mal, el doctor y ahora la visita de la cuñada no están solos nunca los pobres xD

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    1. Hola Estefanía, ¡claro que estuvieron solos! Al principio... Ahora ya no... Daniela tiene ganas de poner todo patas arriba, y tiene mucha garra. Verás ;). ¡Un abrazo!

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  5. Pobrecillo Carlos...sus ideas son buenas, sólo necesita perfeccionarlas, jajaja !!
    Me gusta que Daniela aparezca en escena, creo que Houston va a sufrir un terremoto !
    Besitos !

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    1. Sí, como buen antihéroe que es, no pueden salirle las cosas bien....Quizás de vez en cuando sí, veremos... :P. Y sí Daniela viene pisando fuerte :). ¡Un abrazo!

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  6. jaja como siempre genial! Sigue así <3

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