Te amo, amor capítulo XX

24.4.15

En el capítulo anterior....

Ni mi hermana ni Carlos vienen a buscarme hoy al hospital así que supongo que me toca "hacerme mayor" y volver sola a casa. Daniela está muy misteriosa y Carlos me ha escrito que en casa hay una sorpresa. Supongo que será que ha comprado algún perro o un gato. Necesita compañía, le entiendo.



MARTA

Estoy llegando a la puerta de mi casa. Me quedo parada un momento en la puerta para tratar de averiguar que se traen estos dos entre manos y oigo bastante ruido cuchicheos y luces que se encienden y apagan, en el salón. Quiero ver que pasa, me puede la impaciencia.


—¡Hola cariño! —me saluda Carlos, mientras me abraza fuertemente.

—Hola amor. ¿Y mi hermana?¿Cuál es la sorpresa?

—Te espera en el salón. Pero antes de nada, te tengo que tapar los ojos, sino no sería una buena sorpresa. 

—¿A qué huele?

—Tranquila no hay velas —Sonríe al recordar nuestro "incidente" en el hotel con las velas.

 —¡Qué alivio! —Bromeo —El ambientador nuevo que has comprado huele igual que la colonia de mi madre —digo mientras me da varias vueltas sobre mi misma con los ojos tapados —No sabía que la sorpresa era jugar a la gallinita ciega.

—Es para darle emoción —me da un corto beso en los labios que hace que mi respiración se descontrole. Me abraza por detrás, apoya su cabeza en mi cuello y empezamos a andar.

—¿Te he dicho alguna vez que eres preciosa?

—Alguna —respondo coqueta.

—¿Y que me encanta todo de ti? Hasta cuando te enfadas.

—¡Pero si nunca me enfado contigo!¡Siempre me haces reír?

—¿Y que el sonido de tu risa es el más perfecto de la naturaleza?

—Alguna... Pero como tantas otras veces te recomiendo que vayas a revisarte al oído. Eres muy exagerado.

—Quizás, pero es por tu culpa, me has enamorado.

—Y tú a mi. ¿Puedes decirme ya que es?

—Mmmmm, no sé, no sé... Me vas a tener que recompensar...

—¿Con qué?

—Ya lo verás... Pero dime que sí antes.

—Sois insoportablemente empalagosos.

—¡Tomás! —grito cuando oigo la voz de mi hermano.

—¡Marta!

—¡Hija! —dicen a la vez mis padres mientras me quito el antifaz con el que me ha tapado los ojos Carlos. Corro hacia ellos que me esperan con los brazos abiertos. 

—Así que mi perfume huele a ambientador... —Me regaña mi madre.

—Deja a la niña. No seas pesada con ella.

—Papá, no insistas. Mamá es madre y no sabe lo que no es abroncar a una hija...

—¡Ni que fuera un ogro!

—Casi, casi —bromeamos Daniela, Tomás y yo a la vez mientras que veo a Carlos apoyado en la puerta sonriente, espectador de una escena familar. 

Pienso que si ahora mismo me pidiera Carlos que me casara con él. Sería un sí rotundo. Me casaría con él en el primer sitio que pudiéramos hacerlo y uniría legalmente mi vida a la suya, aunque nuestros destinos se unieron desde el día que le vi aquel día en la biblioteca de la universidad. Él era un friki empollón con millones de folios encima de la mesa con una calculadora al lado y desesperado. No le dije nada porque estábamos en turnos diferentes, pero aún con sus gafas, su cara de estresado y su camiseta de dibujos animados, me fijé en él. Años después cuando nos volvimos a ver después de acabar la carrera reconoció que también me conocía de vista. Pero que nunca se había atrevido a decirme nada y todo porque él me veía demasiado guapa como para atreverse a decirme un simple hola. Pensaba que yo pensaría que era un friki y me reiría de él. ¡Qué equivocado estaba!



CARLOS

—Manuela hoy te libras, ¡pero Marta el otro día me dijo que quería croquetas! —me acerco a la piña familiar que se ha creado en el salón.

—¡Ay sí mamá por favor! Me muero por tu tortilla de patatas y por tus croquetas...

—¡Solo me queréis por eso !—se queja divertida.

—¿Cómo nos vamos a organizar esta noche? — Pregunta Marta? 

—Muy sencillo —digo —. Tus padres se quedan en nuestra habitación, tú y yo nos vamos a la habitación en la que duerme Daniela y Daniela y Tomás dormirán aquí, en el salón. Uno dormirá en el sofá y otro en el colchón hinchable que he comprado hoy.

—De ninguna manera Carlos —afirma Felipe, mi suegro.—Tú tienes que trabajar. Nosotros nos vamos a un hotel.

—¡Eso no lo digas ni en broma papá! Hoy quiero que estemos todos juntos aquí. Vosotros os quedáis en la habitación de Daniela—.Ordena Marta.

—¡Buena idea preciosa! ¡Y no hay opción de discusión! Es nuestra casa, nosotros mandamos.

—Así que tendré que dormir con el enano... —Suspira Daniela. 

—Eso o dormir en casa de alguno —.Bromea Tomás con mi cuñada.

—Tomatito... Mira que todavía te zurro...

—¿¡Cuántas veces te tengo que decir que no quiero que me llames Tomatito!?

—¡Las mismas que te he dicho que te llamaré como me de la gana! Eres mi hermano. Si te quiero llamar Tomatito, te llamo Tomatito —.Al parecer Daniela llama así a Tomás desde una vez que en la playa de pequeños se quemó mucho, como era el clásico niño bajito y regordete, parecía un tomate, por eso mi cuñada le llama así de vez en cuando.

—¡Vete a la mierda!

—¡Dame un abrazo Tom...! ¡Tomatito! ¡Cuanto me alegro poder dormir en la misma habitación que tú! —Daniela se cuelga del cuello de su hermano.

—¿Sabes que si no fuera por lo de tomatito te querría?

—¿Quien quiere una cerveza? —pregunto.

—¡Yo! —¡Gritan todos a la vez! —¿Marta me ayudas?

—Sí, voy —responde mientras se levanta del sofá y viene hacia a mi.



Salgo al recibidor para esperarla, cuando sale al pasillo, le hago una señal con el dedo para que no diga nada y cierro suavemente las puertas correderas del salón. 

—¿Qué te parece si ahora que están tan ocupados hablando? ¿Hablamos tú y yo también?

—¡Claro! ¿De qué quieres hablar?

—Quiero hablar con mis manos acariciándote, con mi boca besándote y con mi piel amándote.

—¿Esa es tu manera de decirme que quieres subir un momento a la habitación para tener sexo conmigo?

—Sí. Me apetece mucho. Uno rápido, como si fuéramos unos adolescentes—.No me da tiempo a continuar hablando. Marta empieza a subir los escalones de la escalera de tres en tres y yo la sigo sin dudar.



CONTINUARÁ...


¡Hasta aquí el post de hoy! Espero que os haya gustado esta nueva entrega de "te amo, amor". Espero ansiosa a leer vuestros comentarios :)

5 comentarios:

  1. Ohhhhh, que bonita esa frase de hablar con las manos, la boca y la piel :D Yo también subiría como un rayo, jejeje. Desde luego este Carlos es un amor.
    Besos guapa!

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  2. Waaooo!! A vuelto el Carlos que me gusta y con toda esa gente cerca, mira que si es osado...
    Quiero mas!!! y lo quiero pronto!
    Besotes

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  3. No se yo... no creo que sea tan facil con tanta gente por la casa jajajajaja la que le espera a Carlos... jajaja

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  4. Toma ya la frase que se ha marcado Carles....Olé él !!!! Muerta, me he quedado !
    Lo del ñiqui ñiqui....creo que va a tener que ser muy rápido con toda esa gente en casa, jajaja !
    Besitos !!!

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