—¡A mi no desde luego...!—se defiende.
Otro estallido de carcajadas inunda la casa y se repite lo de antes, solo que esta vez quienes abrazamos a mi suegra somos Marta y yo que le damos dos besos en las mejillas.
Un mes después
MARTA
¡Hoy me dan el alta! Confirmado, ¡estoy recuperada!. ¡Solo una sesión más y seré libre!
Repaso mentalmente todo lo sucedido desde aquella carta en la que me despedía de Carlos, en la que le pedía que fuera feliz y lo enfadado que se puso cuando la leyó . Me doy cuenta de lo tonta que fui, yo que siempre he tratado de luchar en salir hacia adelante casi le empujaba a que cayera en brazos de cualquier mujer. La pedida de matrimonio más agobiante que siquiera podría llegar a imaginar, lo que sentí cuando vi al doctor Smith o Smint como lo llama Carlos y todo lo que vino después. Nunca se me olvidará el momento romántico frustrado cuando sonó la alarma de incendios. En ese quise matarle por la vergüenza que pasé, pero también me enamoré más de él, mi hombre perfectamente imperfecto ese al que todo le sale mal menos una cosa, hacerme la mujer más feliz del Universo. Pude haber dado al traste con todo si hubiera entrado en los jueguecitos de seducción del doctor " estoy más bueno que el pan, y lo sabes", afortunadamente mi parte sensata se impuso y no cometí ningún error demasiado grave.
Cuando llegó mi hermana a Houston fue como si hubiera llegado un terremoto de grado Daniela (grado máximo) a la ciudad a revolucionarlo todo y hizo, aunque sin demasiadas consecuencias. Esta noche me ha dicho que saque los taconazos, el vestidito tapa bragas y el maquillaje de putón, como es nuestra última noche en la ciudad quiere que la aprovechemos bien. Su amiga la que vive aquí que hace poco dió a luz y ella han hecho una guía completa de locales de fiesta, ambientes y precios. No me resisto, mi hermana pequeña manda.
Carlos y Tomás han quedado para ver un partido de fútbol americano en un bar cerca de casa, nunca han visto uno y qué mejor ocasión que verlo aquí. Mis padres, dicen que se van a ir a cenar a un restaurante muy exclusivo del centro de la ciudad, la forma en la que miró mi madre a mi padre no engaña... Quieren la casa para ellos solos. ¡Solo de pensarlo me da grima! ¡Son mis padres, pero...! En fin... Mejor cambio de pensamiento.
Me da cierta pena abandonar esta ciudad. Han sido unos meses extraños, aunque el fondo buenos. Quiero volver a España para sentirme en mi hogar, disfrutar de esos pequeños placeres como una tarde de cerveza y pinchos en una terraza, del contraste de paisajes entre el norte y el sur y del este y del oeste. Todos tan diferentes, pero tan iguales, tan especiales. Saquemos pecho por lo bueno que tenemos, que es mucho. Cultura, arte, gastronomía, playas, montañas, gente buena...
Algunas pacientes y yo hemos hecho amistad, pero nada más allá de agregarnos a facebook para de vez en cuando mantener el contacto.
Ahora sí. Entro por la puerta. Carlos ha venido a darme el beso y desearme suerte al igual que hizo el primer día del tratamiento.
—¡Suerte guapa!
—La suerte la tuve el día que te conocí -le guiño el ojo y hace un gesto teatral de enamorado. Le amo. Simple y llanamente le amo.
CARLOS
Tengo todo preparado. Llevo unos días embalando cosas y la compañía de transporte ya se ha llevado todas las cajas para mandarlas a nuestro hogar, a Madrid. De la estancia aquí me quedo con la foto que nos hicimos el día que llegaron los padres de Marta y Tomás. Una foto familiar en la que salimos los seis. Nos gustó tanto que decidimos ampliarla y hacerla en un cuadro grande. Sí es algo anticuado hacer estas cosas, pero irradiamos tanta felicidad que da envidia vernos. Quiero que los hijos que tengamos Marta y yo, porque seguro que serán muchos, crezcan con una foto en la que se defina lo que es la felicidad y esa foto es un ejemplo.
Marta tiene una sorpresa preparada para cuando volvamos a Madrid, esta vez no me va a decir que no y tampoco se encerrará en el baño. Esta vez no lo dudo, me dirá que sí.
MARTA
Seis horas más tarde salgo de mi última sesión de tratamiento en el hospital, me han dado los últimos informes y todo han sido buenas palabras y alegría. ¡Hasta el doctor Smith/Smint ha estado simpático!. Ha sido muy profesional después del encontronazo de hace unos meses y la fama de mejor médico en mi enfermedad la tiene más que merecida. Ha podido curarme en un tiempo récord y mi caso se va a estudiar en las facultades de medicina. Me alegro por él.
He hecho caso a mi hermana me he puesto el vestido más corto que me he comprado en mi vida. Hace unos días fui con ella de compras y de nuevo quemamos la tarjeta de crédito, esta vez "papi y mami pagaban" como dijo ella. Como nos vean así nuestros padres ya podemos tener veintiocho y veinticuatro años que nos mandarían cambiarnos de ropa. Como ya os conté hace unos días, seguimos siendo sus niñas.
—Hermanita, ¡estás cañón!—me piropea mi Taylor Swift particular.
—¿Y tú qué? Ese vestido te hace unas piernas infinitas —me fijo en su vestido de pailletes dorado
—Lo son cariño, lo son —responde coqueta mientras se da una vuelta —.Esta noche voy a encontrar un señor polvazo ya lo verás. Que a este paso se me va a llenar de telarañas.
—¡Daniela por favor! No seas tan basta...
—Abuela.
—Bueno chicas, vamos —interviene la amiga de mi hermana —. ¡Que la cena nos espera y un reservado en la azotea de un hotel también!
—¡Síiiiii! —gritamos al unísono mientras levantamos las manos en alto en señal de victoria.
La cena transcurre con normalidad, con muchas risas, mucho vino y sí, muchas miradas indiscretas a los camareros de aquí. ¡Que guapos son todos! A mi Carlos no lo cambio por nada del mundo, pero hay cada hombre por aquí que...¡no mirarles sería un delito! Y yo soy muy de cumplir con la ley. Y si una tiene que sacrificarse devorando con la mirada a un camarero por cumplir la ley, se hace, claro que se hace...
Dos horas más tarde estamos en una discoteca colombiana en Houston, no sé muy bien como hemos acabado aquí, pero resultó que el hotel no tenía terraza con discoteca y nos venimos aquí.
El local está lleno y a penas podemos andar sin soltarnos de las manos. Empezamos a bailar, la se apodera de nuestros cuerpos y pronto acabamos las tres en el centro de la pista mientras un grupo de chicos nos deja hueco para que podamos bailar. Muchos se acercan, a ninguno le hacemos caso. Se van decepcionados y otro grupo de chicos vuelve a ver si tienen más suerte. Las tres nos dirigimos hacia la barra y pedimos una ronda de chupitos de tequila sin limón y sin sal, algo fuerte, ¡que mañana nos vamos!
—¡Por nosotras! Las más guapas de todo el local —jalea la amiga de mi hermana.
—¡De todo Houston! —la sigo yo.
—¡Bebed y callad! ¡Y no liguéis que la soltera soy yo!—exige mi hermana divertida.
—Te quejarás... Si les tienes en palmitas, si quisieras Dani, te podrías ligar al tío más guapo del local, como a ese —señala la amiga de mi hermana, sigo la dirección de su dedo y, ¡oh no!. Ryan, sí el doctor Smith está aquí.
—Ese era mi médico— grito y las tres nos empezamos a reír.
—En ese caso, tendré que agradecerle lo bien que te ha curado...—Dice mi hermana juguetona.
—¡No hay....!—reto a mi hermana.
—¿Ovarios? Como dos pelotas de tenis, os lo aseguro. Ese hoy va a ser mi presa —afirma mi hermana.
—Me pone tu médico Marta, si esta noche no me lo tiro será porque es gay.
—Venga, quiero verte como te lo ligas, sé muy mala hermana.
—La peor — se acaba la copa que había pedido de un trago. Se alisa el vestido, se pone un poco de brillo de labios y Daniela en el estado más puro se acerca hacia donde está Ryan con unos amigos. Empieza a contonearse provocativamente delante de él, y mi médico, que además de ser buen médico tiene un radar que no falla rápidamente la mira y se acerca a ella, le susurra algo en el oído y rápidamente veo como mi hermana se agarra a su cuello. Empiezan a bailar de una manera tan pornográfica que no dudo que acabarán en el baño liberando tensiones.
PRIMERA PARTE DEL FINAL DE TE AMO, AMOR
Espero que os guste ;)
jajaja vaya cuadro xD con lo mal que me cae el medico xD
ResponderEliminarMe voy corriendo a la segunda parte, que veo que ya está colgada....
ResponderEliminarOh oh peligro!! Me encantó!!!
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