17 de diciembre final de una etapa

17 de diciembre fin de una etapa. No sé si llamarla fin o comienzo de otra, o si realmente este no es el fin. 

Hoy después de ¿23 años? De estudio pongo punto y seguido a mi etapa formación. Y digo punto y seguido porque la profesión que he elegido me exigirá que siga formándome toda mi vida.

Tras la alegría y la emoción de ver el resultado tras tantos años de esfuerzo en los que me daban muchos "noes" mientras yo insistía en decir "sí voy a acabar bachillerato y voy a empezar una carrera", "sí la voy a acabar", "un máster en asesoría jurídica de empresas que me gusta el derecho mercantil" y "ahora el de acceso a la abogacía"...Ya se ha acabado, ya he pasado por esas etapas. Ahora digo "sí voy a hacer el examen de acceso, lo voy a aprobar y luego el tiempo dirá". 

No soy ejemplo de nada, pero considero que le echo muchas ganas a las cosas. Hace unos años nadie apostaba porque fuera a llegar hasta aquí y aunque no sé que me deparará la vida a partir del 27 de febrero sí tengo claro que nadie nunca más me va a decir "no puedes". Eso es mentira, por supuesto que puedo, todo el mundo puede alcanzar sus metas.

Ya veis aquí estoy, eufórica con unas ganas tremendas de irme de cañas; después iré a ver a mi segunda madre y luego disfrutar. Ya toca, me lo merezco. Sé que ahora empieza un nuevo reto que me parece casi inalcanzable: estudiar todo el derecho procesal civil de la carrera, el código deontológico profesional, todo el derecho civil y el mercantil. O sea más o menos un año de carrera, en dos meses. Es mucho, mentiría si no dijera que el examen me aterra con una novela que en breve saldrá a la luz y con ideas para otra en la mente, pero sé que podré y que merecerá la pena.

Que nadie te diga nunca que no puedes, que nadie te diga nunca que vas a fracasar, que nunca dejes de perseguir tu sueño, porque el fracaso comienza cuando crees en los que te dicen que no podrás, ¡Claro que podrás! Solo si tú quieres.

Así que me quedo con la nota de mi trabajo de final de máster 8,5: no soy brillante, pero tampoco soy de las peores.

Ahora me quedo con muchas ganas de hacer el examen que llevo temiendo y deseando desde primero de carrera el que será el final de verdad. Lo de hoy es el fin de mi etapa universitaria. 

Ya está el final, ya veo la meta como en la San Silvestre. Estoy en el kilómetro 9,7 y me faltan solo trecientos metros para alcanzar la gloria de haber conseguido mi meta: ser abogada. Ahora me da igual no haber sido la primera o ser de las últimas, porque aunque me hayan adelantado muchos corredores me quedo con que yo también voy a alcanzar mi objetivo.

Punto y seguido, a seguir cruzando metas.

¡Muchas gracias por leerme!