Cincuenta sombras más oscuras

13.2.17

Comienzo este post, siendo consciente de que mi opinión no va a cambiar de nadie.

Este pasado fin de semana se estrenó Cincuenta sombras más oscuras y como con el estreno de Cincuenta sombras de Grey, ha traído ríos de tinta.
Lo fácil, lo que está de moda es criticar a la trilogía de E.L. James a la que hay que reconocerle varios méritos que con frecuencia y por muchos sectores de la sociedad se obvian. La novela romántica se ha leído desde muchos más años que llegara a la estanterías la trilogía Cincuenta sombras, pero todavía podemos recordar que la gente llevaba las portadas de las novelas tapadas en el metro, en el autobús, en los parques, como si leer una novela romántica o erótica, fuera un delito. Ahora gracias en parte a esta novela y a muchas otros muchos autores llevar una novela del género, ha dejado de ser algo que ocultar para ser algo que mostrar. Por eso en parte, creo que ha supuesto una liberación de la mujer. Ya no escondemos lo que leem

Todos abogamos porque las mujeres decidamos libremente, que cada uno haga lo que quiera si no hace daño al otro, que optemos por cualquier opción sexual étc. Salvo si queremos leer una historia erótica o romántica que entonces no podemos.
Los de alrededor nos censuran porque leamos o vayamos a ver en el cine que un chico guapo se vuelva loco por nosotras, haga cosas que no aceptemos de primeras aunque luego LIBREMENTE LO ACEPTEMOS, sea un fiera en la cama y tenga la cartera llena, porque si es así, algo falla. Y el fallo está en que si tiene todo eso es porque las mujeres somos unas materialistas que solo nos importa el dinero y que los principios esos que decimos que tenemos en realidad no los tenemos y que no nos importaría conocer a un hombre como Christian Grey o tantos otros en la vida real.
Esto último es una completa y soberana absurdez. Que me guste IMAGINARME ciertas situaciones no significa que en la vida real las acepte. Porque como mi pareja quiera controlarme el móvil o pegarme, no tendría mundo que correr ni viviría tiempo suficiente para arrepentirse.

Cuando leo, lo que busco es huir de la realidad durante un rato. Vivir vidas que se han imaginado otros y hacerlas mías, porque si quisiera más realidad no cogería un libro, ni vería una serie, ni iría al cine ni jugaría a un juego. No haría nada. Sería un ser que comería, trabajaría y dormiría y la vida es mucho más que eso. Es compartir tiempo con tus amigos, estar en soledad, divertirte, distraerte hacer lo que te dé la real gana (siempre y cuando no se haga daño a otros) y nadie tiene derecho a decirme que lea A o que lea B. O que si leo A significa que no pienso B, si no que realmente miento y no soy honesta conmigo misma ya que en el fondo pienso A. Si solo se leyese libros o se vería películas de cosas que estuviéramos dispuestos a aceptar, no existirían los libros ni las películas de terror, ni juegos de matar.

Creo que existe un gran desconocimiento por parte de la sociedad sobre la novela romántica y erótica. Hay autores magníficos del género que están llegando donde muchos otros que escriben "géneros serios" ya les gustaría llegar alguna vez en su vida. Por Megan Maxwell se hacen colas de más de tres horas de espera para que le firmen un libro. Beta Coqueta, vende más sola que muchos escritores de otros géneros juntos. Y hay muchos otros que matarían con tal de tener tanto prestigio, reconocimiento, respeto y admiración sincera como José de la Rosa.

La trilogía Cincuenta Sombras no ha ganado ningún premio literario, pero supuso un punto de inflexión en el género y ha hecho algo que otros no habían hecho hasta ahora: que llegara al gran público. La causa última por la que estás leyendo estas líneas es Cincuenta sombras de Grey.
El señor Romanticón me regaló el libro hace unos años, recuerdo que cuando lo hizo le eché la bronca, yo quería el de Isabel (la serie de televisión sobre Isabel la Católica). Lo empecé sin muchas ganas, pero en cuanto terminé el primer capítulo quise seguir leyendo más y más. No recuerdo qué me enganchó a él y todavía hoy no lo comprendo, pero tras él vinieron muchos otros libros que leí con avidez, que hoy hace que sea una lectora asidua y que el día que no escriba me sienta mal conmigo misma. He podido conocer gente excepcional a la que tengo un gran cariño y que ojalá haya entrado en mi vida para quedarse para siempre.
La trilogía Cincuenta sombras es la causa última por la que escribí Ojalá no fueras tú (no significa que quiera imitarle ni mucho menos) y las dos novelas que tengo a medias. No me avergüenzo decir que Cincuenta sombras me cambió la vida porque gracias a ese libro que acepté a regañadientes descubrí algo que no sabía que me fuera a gustar tanto: leer y escribir, y ya solo por eso y por los motivos anteriores, merece un respeto.

Y a vosotros, ¿qué os cambió la vida? ¿Qué pensáis sobre esta trilogía?





3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, me paso tal cual, gracias a cincuenta sombras descubri lo mucho que me gusta leer y escribir :), tengo un antes y un despues de esta trilogía

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  2. Como ya hemos comentado alguna vez, yo del primer libro, no pasé. Fui a ver la película con las amigas, y seguramente haré lo mismo con esta segunda que para mi, contará con el añadido de que no sé qué va a ocurrir (aunque, si te soy sincera, me lo imagino, jaja) y bueno, siento ser tan mala y tan crítica con esta trilogía, pero al menos con la película me ahorro leer una narración que para mi, es, no pésima, pero sí muy simplona y repetitiva.
    Me alegra que tú te lo pasaras tan bien, de eso se trata!
    Besos!

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  3. ¡Hola!
    Soy nueva por tu blog y por aquí me quedo.
    Me ha gustado mucho tu entrada, y disfruté mucho en su momento leyendo estos libros. Realmente no soy muy de literatura erótica pero esta historia me enganchó mucho más de lo que esperaba.
    Besos.

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