
No sé si soy rara o es el mundo que no lo entiendo. Me siento una incomprendida que anda sin rumbo fijo en búsqueda de eso que llaman felicidad, pero que no logro encontrar por ninguna parte. Un pensamiento egoísta e impropio de quien lo tiene todo: familia, amigos y fama. Sin embargo me encuentro más sola e incomprendida que nunca.
Ahora que puedo psicoanalizarme, de volver a centrarme y encontrar ese verdadero yo que he perdido desde hace demasiado tiempo. Cansancio de todo, del mundanal ruido, de una rutina que me agota y deprime en cantidades que no soy capaz de cuantificar. He perdido la ilusión en alguna parte del camino y ahora no sé dónde la dejé para ir a recogerla. ¿Alguien sabe dónde?
Apatía: todo me da pereza. Hasta estar en un mismo lugar varias horas me parece desquiciante, aburrido y alineante porque no puedo hacer aquello que necesito hacer y me convierte en una más y yo nunca he querido ser así. Siempre he deseado dejar huella. ¿Ego? Puede ser, ¿pero acaso nos conformamos con pasar con esta vida sin que quede algo nuestro, algo que nos sobreviva?
El cuerpo me pide un cambio de rumbo y mi salud mental también, ¿pero cuál es el destino? ¿Dónde me llevará la vida? ¿Acaso el futuro es tan desesperanzador como aparenta? No me imagino llevando la vida que llevo mucho más tiempo. ¡Que algo o alguien me salve de esto! Ando por un camino sin mapa, insatisfecha sin que ni siquiera una ráfaga débil de viento me diga hacia donde ir. Miedo.
Ahora que nadie me ve, soy más yo misma de lo que soy el noventa y nueve por ciento del tiempo y no me gusto. ¿Cómo me he dejado llevar hasta aquí? ¿Dónde estoy? ¿Cómo volver a ser la de antes? O es que la de antes realmente no existía y he creído ser quien no soy.
Ahora que nadie me ve.
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